Duodart: una creación «magistral» de GlaxoSmithKline

Duodart es el medicamento de moda para «tratar» la hiperplasia benigna de próstata. Sin embargo, Duodart no es algo novedoso. Es una combinación de Tamsulosina, un relajante de los músculos de la vejiga urinaria y la próstata, junto con Dutasterida, un inhibidor de la enzima 5-alfa reductasa que previene la conversión de testosterona en dihidrotestosterona, evitando así el agrandamiento de la próstata. Lamentablemente, esta teoría es limitada y solo parcialmente cierta. El crecimiento de la glándula prostática puede ser consecuencia de una actividad excesiva de la enzima aromatasa, que convierte la testosterona en estrógeno. En este caso, lo que se necesitaría sería un inhibidor de aromatasa. Pero eso no es todo. Un enfoque verdaderamente efectivo debe ser principalmente dietético, incluyendo alimentos ricos en fitoesteroles, manteniendo el equilibrio entre glucagón e insulina a favor del primero, priorizando los ácidos grasos omega 3 sobre los omega 6, evitando el exceso de serotonina y, en general, minimizando la exposición a los xenoestrógenos: estrógenos químicos presentes en pesticidas, hormonas y esteroides para el crecimiento artificial, purificadores de aire y recipientes plásticos. Estos xenoestrógenos aumentan los niveles de la hormona femenina estrógeno y disminuyen los niveles de testosterona. Además, permanecer sentado por largos períodos de tiempo o andar en bicicleta durante períodos prolongados no es beneficioso para la próstata y puede aumentar el PSA (antígeno prostático específico) detectable en análisis de sangre, una prueba que no es muy confiable.

Duodart, como la mayoría de los fármacos, es costoso, no cura y puede ser perjudicial. Además, contiene aditivos peligrosos:

E 110: tóxico, puede causar urticaria y asma, daños en los cromosomas, tumores de riñón. 

E 171: muy peligroso, puede bloquear la respiración celular, especialmente en riñones e hígado. E 172: no es tóxico, pero es mejor evitarlo.

E 321: Según la OMS, puede provocar retrasos en el crecimiento, aumentar el colesterol y las alergias. Se acumula en el cuerpo y puede causar tumores en el hígado. Potencialmente cancerígeno. Prohibido en Japón, grupos de científicos han pedido su prohibición en Estados Unidos y Reino Unido. 

E 407: daña la mucosa intestinal, es cancerígeno.

Además, contiene talco, que se sospecha que es cancerígeno, y copolímero de ácido metacrílico y acrilato de etilo, sobre los cuales no se ha encontrado información y no se puede prever nada bueno. Dado que muchos hombres deben tomar estos fármacos durante largos períodos, a veces años, el peligro es evidentemente alto.

Los efectos «secundarios» de Duodart van desde debilidad hasta desmayos, hipotensión, mareos, dolores de cabeza, fatiga e incluso insuficiencia cardíaca. A esto se suman los posibles daños causados por los aditivos inútiles, que solo benefician a las grandes farmacéuticas al generar más síntomas y enfermedades. Son como caballos de Troya. Frente a manipulaciones de este tipo, debería intervenir el Ministerio de Salud, pero a los políticos solo les importa el dinero y no la salud de las personas.

La primera preocupación de un médico consciente y éticamente impecable debería ser no causar más daño, no provocar más molestias y reducir los gastos al mínimo necesario. Por lo tanto, podría estar más informado y saber que es posible reducir la 5-alfa reductasa con extracto de Serenoa, que se vende en farmacias con el nombre de Permixon y solo contiene un colorante dañino. Sería mejor recomendar un producto disponible en herbolarios y farmacias, como Prostasol de Herboplanet. Otro producto bueno disponible solo en farmacias es Tebetane, que contiene Pygeum y tres aminoácidos. Sin embargo, ninguno de estos tratamientos es completamente resolutivo, especialmente cuando la próstata llega a obstruir el conducto urinario, lo que obliga al hombre a usar una sonda. Dado que los fármacos no son suficientemente efectivos, el uso de la sonda es solo un preludio a la cirugía.

Para preservar la salud de la próstata, es necesario utilizar un inhibidor de aromatasa natural en lugar de los químicos, y entre los mejores está el zumo de granada, que no representa ningún peligro. Un dietista competente puede recomendar una dieta que incluya alimentos que inhiban la aromatasa, como manzanas, cerezas, arándanos, uvas negras, coco, aguacate, granada, frutos del bosque, crucíferas, ajo, cebolla, puerro, apio, nueces, trigo sarraceno y vinagre de sidra. También se deben consumir frutas y verduras ricas en flavonoides y clorofila, así como especias como orégano, tomillo, romero y, sobre todo, cúrcuma. Los alimentos fermentados, como el chucrut, también son beneficiosos. Además, un dietista competente recomendaría evitar por completo la carne roja, el pollo, el pavo y limitar drásticamente los lácteos. Lamentablemente, hay muy pocos dietistas capaces de ofrecer planes dietéticos verdaderamente saludables.

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