Crear belleza es la mejor manera de combatir la fealdad del mundo consumista-tecnológico actual, que está destruyendo nuestro hábitat, que hasta hace dos siglos era un paraíso.
El mensaje que intento transmitir es que no debemos perder la humanidad y la capacidad de razonar y utilizar la inteligencia y la bondad frente a la imposición de la tecnología, el consumismo, frente a los desastres del turismo, el neoliberalismo, el nazismo y el fascismo que están resurgiendo con fuerza. Se avecina una dictadura global. El abismo está muy cerca y ya está causando mucho dolor y muerte para millones de personas.
Siento una fuerte necesidad de animarnos a crear luz, belleza y salud hoy más que nunca, para que seamos buscadores de la verdad, que es belleza. Defensores de la libertad, que es belleza.
A pesar de la destrucción imperante, los que seguimos en este plano material todavía tenemos la posibilidad de contemplar y crear belleza. Creo en el deber de proteger la naturaleza de la mano mezquina de la actividad humana. Y creo en el poder benéfico de la belleza generada por el arte humano. La encuentro en una cantata de Bach, un concierto de Mozart, un madrigal de Gesualdo. La belleza vive en una canción de Cohen, de Nick Drake o de André, nos ilumina en una obra de Miguel Ángel, en un poema de Safo, Lorca, Emily Brontë o Goethe, Sócrates, Tolstoi o Krishnamurti.
Creo en la belleza que nace y vive en el encuentro con un ser bueno y noble. Creo todavía en el verdadero amor.
La belleza no necesita filtros mentales porque el encuentro con ella asombra, ilumina, despierta algo elevado dentro de quien está limpio lo suficiente de los ruidos y de las manipulaciones mundanas como para recibirla. Y cuando aparece el asombro, le sigue un sentimiento de gratitud.
¿Qué es para ti la belleza? ¿Dónde la encuentras?