Llevo mas de 25 años diciendo un rotundo no a la mamografía y finalmente, desde un País algo más civil, llega la noticia que pone fin a la discusión. La mamografía es cancerígena y ha llevado al sufrimiento y a la tumba muchísimas mujeres.
La mamografía usa radiación ionizante, una forma de rayos X que puede causar cáncer y cuyos efectos en el cuerpo aumentan con la exposición acumulada. El riesgo es mayor en las partes del cuerpo donde las células cambian rápidamente, como en el caso de los senos de las jóvenes.
Los mamogramas no siempre detectan el cáncer de mama y a veces arrojan resultados «falsos negativos». Si el mamograma no detecta nada cuando, de hecho, hay un cáncer, se le llama falso negativo. En la práctica diaria, los mamogramas pueden no detectar más de 1 de cada 4 tumores. Además, a veces producen «falsos positivos». Si el mamograma detecta algo en el seno que, después de una biopsia, resulta no ser cáncer, se le llama falso positivo. Hasta 3 de cada 4 biopsias hechas después de un hallazgo en el mamograma resultan ser benignas.
Es posible que la mamografía no sea eficaz para detectar el cáncer de mama en muchas mujeres menores de 50 años, especialmente en aquellas que aún tienen la menstruación. Las mujeres que no han pasado por la menopausia tienen senos más densos, lo que puede dificultar la evaluación de los mamogramas. Por esta razón, las mujeres premenopáusicas deben ser informadas sobre la densidad de sus senos y cómo esto afecta la claridad de las imágenes del mamograma. Así, ellas tendrán la información necesaria para decidir si desean seguir haciéndose mamografías de detección. Debido al riesgo de exposición a la radiación y al alto número de resultados falsos negativos entre las mujeres en edad fértil, la repetición regular de las mamografías en todas las mujeres de este grupo hará más daño que beneficio.
Razones para evitar la mamografía
Primero que todo, es cancerígena. Ahora se sabe que algunos tumores no avanzan, pero no es fácil diferenciarlos de los agresivos, por lo que todos los tumores reciben tratamiento. Algunas mujeres tienen tumores de mama no peligrosos, pero, al no poder diferenciarse de los agresivos, son tratados innecesariamente con cirugía, quimioterapia, y radiación, lo cual puede causar daños irreversibles y muerte prematura. Pero hay sistemas de diagnostico libres de rayos X, que desgraciadamente son ignorados.
La termografía como alternativa segura
La termografía es una herramienta de alta tecnología que mide la inflamación en el cuerpo. Esta prueba es particularmente buena para evaluar áreas activas de formación de células cancerígenas. Es más eficaz que la mamografía y no es dañina. Es un absoluto disparate obligar a hacer mamografías siendo disponible la termografía. Al sistema médico le encanta hacer daño.
Las mamografías buscan cambios anatómicos en el pecho, como masas o bultos, mientras que las termografías analizan cambios vasculares, detectando aumento de sangre en ciertas regiones del cuerpo, lo cual aumenta el calor de esa región. Las áreas inflamadas, con formación de células cancerosas e infecciones activas, tienen una circulación elevada. La imagen termográfica tiene gran habilidad para detectar sutiles cambios fisiológicos que acompañan la patología.
La termografía se ha estudiado en detalle durante más de 30 años, con una base de datos de más de 250,000 mujeres incluidas en estudios. Estos estudios han mostrado una especificidad del 90%. A diferencia de las mamografías, las termografías no emiten radiación dañina. Las mamografías son peligrosas debido a los altos niveles de radiación ionizante. Las termografías usan tecnología de rayos infrarrojos, completamente segura, y no comprimen el tejido del pecho, evitando la posible propagación maligna de células cancerosas.
Otras alternativas
Otras alternativas no dañinas incluyen la tomografía por emisión de positrones (PET) y la tomografía óptica difusa, que utiliza luz en lugar de rayos X para crear imágenes del seno.
Conclusión
Es sabio evitar todas estas maquinaciones del sistema médico y optar por la prevención con un estilo de vida sano, con una alimentación adecuada y suplementos que optimicen los niveles de vitaminas D3 y K2 (la primera debe estar cerca de 100 ng/ml) y de magnesio. Específicamente, para prevenir mastopatías y cáncer de mama, es importante evitar el exceso de estrógenos, serotonina, cortisol e insulina, y la carencia de progesterona y dopamina. Esto implica planificar una dieta absolutamente personalizada, trabajo de un verdadero profesional.