La mutación sintética del gen MSH3 fue patentada por Moderna en 2018. Esta secuencia es cancerígena y se encuentra en la codificación de la proteína Spike del virus y de la vacuna del Covid. Una nueva sorprendente investigación publicada en Viruses, dentro del número especial del MDPI (Multidisciplinary Digital Publishing Institute) “Interacciones Célula-Huésped del SARS-CoV-2”, revela que las proteínas de la “vacuna” penetran en los núcleos de las células y comprometen el mecanismo de reparación del ADN, suprimiendo la reparación del ADN hasta en un 90%.
El documento de investigación se titula “La Proteína Spike del SARS-CoV-2 Daña la Reparación del ADN e Inhibe la Recombinación V(D)J In Vitro” y fue escrito por Hui Jiang y Ya-Fang Mei, respectivamente del Departamento de Ciencias Moleculares del Instituto Wenner-Gren de la Universidad de Estocolmo y del Departamento de Microbiología Clínica de la Universidad de Umeå (también en Suecia). En una persona sana, el mecanismo NHEJ repara el ADN e impide la aparición de una mutación patógena; pero en presencia de la proteína Spike, la ineficacia del NHEJ suprime la capacidad de reclutar proteínas reparadoras. Esto puede dan lugar a cánceres en todo el organismo. El número de casos de cáncer con la llegada de las vacunas ha aumentado en un 7500% en la indiferencia general. Además, puede haberse:
- Ictus, infarto cardiaco, miocarditis.
- Pérdida de la producción de células B y T del sistema inmunitario.
- Artritis reumatoide, Lupus y otros trastornos autoinmunes
- Envejecimiento acelerado y acortamiento de la longitud de los telómeros
- Pérdida de función de sistemas de órganos complejos como el neurológico, endocrino, musculoesquelético, etc.
- Daño celular similar al envenenamiento por radiación.
- Ceguera y mucho más.
Algunos de estos efectos son, obviamente, fatales. Otros cargarán a las víctimas con daños debilitantes y disfunciones de los órganos que requerirán intervención médica de por vida.
Un test de biorresonancia Hunter puede informar sobre el estado del mARN mitocondrial.
Según algunas estimaciones, el 15% de las personas a las que se les han inyectado vacunas basadas en ARNm morirán en cinco años. Para evitarlo es preciso elegir un tratamiento post-vacuna, considerando no solo la proteína Spike sino todos los otros componentes de la vacuna.
Aquí una fuente fiable de información:
I-RECOVER
POST-VACCINE TREATMENT PROTOCOL